Queridos primos, en estos momentos es difícil encontrar palabras de consuelo, enviaros todo nuestro cariño y desearos mucha fuerza para seguir adelante

Mi abuelo Pepe era grande, literalmente.
Grande de altura, y grande de corazón.
Grande como persona, pero sobre todo como abuelo.
Todos los recuerdos que tengo grabados a fuego en mi memoria son bonitos.
No olvido que a la primera persona que Naira nombró fue a ti, o que los pasos primeros de Mael fueron a tus brazos.
Tampoco es fácil olvidar todos los momentos juntos, cuando me llevabas a pescar, cuando te pedia la propina y siempre te hacias el remolon.
Cuando untábamos juntos el huevo frito al grito de japi guini guitito, o cuando me traias esos cacahuetes en el bolsilo que te habían dado en algun bar.
Quiero que sepas que para mi se ha ido una persona extra extra extraordinaria, porque no se podía ser más bueno que tu...
Gracias por quererme con locura, por querer a mis hijos aún más si es posible.
Por llamarme cada dos por tres si pasaban dos dias sin ir a verte, y por tratar a mi marido como si fuese un nieto más.